Escrito por el Departamento Educativo Internacional
«Trabajad no por la comida que perece, más por la comida que á vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará: porque a éste señaló el Padre, que es Dios.»
Juan 6:27 (RVA)
En este versículo, Jesucristo nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de nuestras prioridades y esfuerzos en la vida. La «comida que perece» simboliza las preocupaciones temporales y materiales que a menudo dominan nuestro día a día. Aunque necesarias para nuestra supervivencia y bienestar temporal, Jesús nos recuerda que no son el fin último de nuestra existencia.
Por otro lado, la «comida que a vida eterna permanece» representa las realidades espirituales y eternas. Este alimento espiritual es proporcionado por el Hijo del Hombre, Jesucristo, a quien el Todopoderoso ha designado como fuente de vida eterna.
La exhortación de Jesús nos desafía a evaluar a dónde estamos dirigidos nuestros esfuerzos más fervientes. ¿Estamos invirtiendo en lo temporal, lo que inevitablemente se desvanecerá, o estamos alimentándonos de la fuente que nos conduce a la vida eterna? La promesa de vida eterna no es solo un futuro remoto; comienza aquí y ahora, en la relación que forjamos con Dios y su Hijo amado.
Comentarios de la lección:
Al comienzo del milenio aquellos que murieron fieles a Su nombre serán resucitados con cuerpos incorruptibles, mientras que los justos que estén vivos en ese momento experimentarán una transformación milagrosa. 1 Tesalonicenses 4:16; 1 Corintios 15:52
Los que tengan un cuerpo incorruptible serán testigos de cómo el Hijo de Dios asume su papel como el rey de paz profetizado por las Escrituras. Isaías 9:6-7; Apocalipsis 20:4
Aquellos sobrevivientes del milenio que no hayan sido transformados y que lleven una vida recta tendrán la oportunidad de recibir la Vida Eterna. Apocalipsis 20:6
Al término del milenio, Satanás será liberado y buscará engañar nuevamente a las naciones, sin embargo, no tendrá éxito. Apocalipsis 20:1,2,6; 1 Corintios 15:51
Dios intervendrá de manera decisiva con Satanás y sus aliados, enviando fuego del cielo que consumirá a los impíos, erradicando así la maldad y el pecado de la faz de la tierra. Apocalipsis 20:9
La Bestia, el Falso Profeta, Satanás, y todos los impíos serán lanzados al lago de fuego y azufre, simbolizando su destrucción total. Apocalipsis 20:10
La nueva Jerusalén descenderá del cielo y la Vida Eterna comenzará para no tener fin. Apocalipsis 21:1-2
La promesa de un nuevo comienzo, libre de pecado y maldad, subraya la esperanza Eterna que se ofrece a todos aquellos que eligen seguir el camino de la rectitud y la fe. Isaías 33:13-17
“En lugar de saturar nuestras vidas con preocupaciones y cuestiones terrenales, Jesús nos invita a degustar el pan de la vida eterna, que nutre nuestro presente y asegura nuestro futuro. ¿Estás invirtiendo más en lo efímero o en lo duradero? Recuerda, la auténtica vida comienza con cada decisión quenos acerca a Dios.»
Juan 6:27