El Camino hacia la Salvación: Etapas y Compromisos

La salvación es un concepto central en el cristianismo. Es importante comprender que, para alcanzarla, es necesario vivir un proceso integral que involucra múltiples etapas y compromisos.

Las Sagradas Escrituras ofrecen un claro mapa de este camino, delineando pasos escenciales que todo creyente debe seguir: escuchar, creer, arrepentirse, bautizarse, dejar la pasada manera de vivir y guardar los mandamientos.

Este artículo explora cada uno de estos pasos a través de la Biblia, ofreciendo un entendimiento práctico de cómo poder alcanzar la salvación.


Escuchar: El Primer Paso de la Fe

El proceso de la salvación comienza con escuchar la Palabra de Dios. Se nos dice en Romanos:

«Luego la fe es por el oir; y el oir por la palabra de Dios».

Romanos 10:17

Este versículo subraya la importancia de la predicación y la enseñanza de las Escrituras como el primer paso hacia la fe. En Juan 5, se refuerza esta idea:

«De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá á condenación, mas pasó de muerte á vida.»

Juan 5:24

Es a través de escuchar que las personas pueden conocer la verdad del Evangelio y abrir sus corazones a la fe.


Creer: La Base de la Salvación

La fe es el fundamento de la salvación. Hay versículo conocido por todo el cristianismo por la hermosa esperanza que nos da:

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.»

Juan 3:16

Este acto de creer no es solo un reconocimiento intelectual, sino una confianza total en Jesús como Señor y Salvador. Romanos 10 nos guía:

«Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.»

Romanos 10:9

La fe genuina lleva a una transformación interna que cambia la vida del creyente.


Arrepentirse: Un Cambio de Corazón y Mente

«Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.»

Hechos 2:38

El arrepentimiento es una respuesta necesaria a la fe. Implica un cambio de dirección, una decisión consciente de abandonar el pecado y seguir a Cristo. Lucas 13:3 nos advierte: «…antes si no os arrepintiereis, todos pereceréis igualmente». Este paso crucial muestra una transformación de corazón y mente, alineando la vida del creyente con la voluntad de Dios.


Bautizarse: Un Compromiso con Dios

El bautismo es un compromiso con Dios y, de cierta forma, una declaración pública de la fe en Cristo. Marcos 16 nos dice:

«El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado».

Marcos 16:16

Este acto simboliza la limpieza del pecado y el nuevo nacimiento en Cristo. Romanos 6 explica:

«¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él á muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.»

Romanos 6:3-4

El bautismo es tanto una confesión de fe como un compromiso delante de Dios para llevar una nueva vida en Cristo.


Dejar la Pasada Manera de Vivir: Una Vida Transformada

La fe en Cristo lleva a una transformación de vida. Esta transformación implica dejar atrás las viejas costumbres y hábitos pecaminosos, y adoptar una nueva manera de vivir que refleja la justicia y santidad de Dios.

«A que dejéis, cuanto á la pasada manera de vivir; el viejo hombre que está viciado conforme á los deseos de error; Y á renovarnos en el espíritu de vuestra mente, Y vestir el nuevo hombre que es criado conforme á Dios en justicia y en santidad de verdad.»

Efesios 4:22-24

Guardar los Mandamientos: La Obediencia Continua

Finalmente, la salvación se manifiesta en una vida de obediencia a los mandamientos de Dios. Jesús dijo en Juan 14:15: «Si me amáis, guardad mis mandamientos». Esta obediencia no es una carga, sino una demostración de amor y compromiso con Cristo. La obediencia continua es evidencia de una fe viva y auténtica.

«Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son penosos.»

1 Juan 5:3

Integración: La Síntesis en Romanos 10:13-14 + Hebreos 10:26

Romanos 10 nos da una síntesis muy genereal que nos puede ayudar a recordar este proceso:

«Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues invocarán á aquel en el cual no han creído? ¿y cómo creerán á aquel de quien no han oído? ¿y cómo oirán sin haber quien les predique?»

Romanos 10:13-14

Estos pasajes encapsulan la secuencia lógica y espiritual del camino a la salvación. Primero, se debe escuchar la Palabra (escuchar), luego creer en el mensaje de Cristo (creer), lo que lleva a invocar su nombre (arrepentirse y bautizarse).

Este llamado a la salvación se completa con una transformación de vida (dejar la pasada manera de vivir) y una obediencia continua (guardar los mandamientos).

«Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por el pecado».

Hebreos 10:26

Rumbo a la salvación

El camino a la salvación es un viaje integral que abarca escuchar, creer, arrepentirse, bautizarse, dejar la pasada manera de vivir y guardar los mandamientos. Cada paso es muy importante y está intrínsecamente conectado con los demás. Este proceso, fundamentado en las Escrituras, nos guía hacia una vida nueva en Cristo, marcada por la fe, el arrepentimiento, la transformación y la obediencia. Así, abrazamos la promesa de la vida eterna y la comunión con Dios, siendo inspirados a vivir conforme a Su voluntad y propósito.

«Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.»

Apocalipsis 22:14